Volver a saborear ese colacao de bonna nuit,
los bocadillos a la salida de clase,
las Jumpers en el recreo
o los chicles a escondidas.
Volver a oler esa comida recien hecha,
el olor a plastilina y ceras Marlen,
el jardín botánico
o incluso el arrepentimiento.
Volver a pensar en el cruce de miradas,
en la primera presentación,
en la conversación pendiente
o hasta en su cuerpo desnudo en mi cama.
Volver no significa quedarse,
igual solo es para un rato
y a veces es lo mejor.